El término está relacionado con el ruido cuando es considerado contaminante; es decir aquellos ruidos que pueden provocar problemas fisiológico (como pérdida de la audición) y psicológicos (irritabilidad, estrés, problemas de comunicación, ansiedad e incluso agresividad) a una persona o un grupo de personas.
La contaminación acústica está relacionada con actividades como el transporte, la construcción, industrias, aviones, barcos, entre otros.
La sociedad en general está acostumbrada a convivir con ruidos superiores a los considerados saludables. A modo de ejemplo, el tráfico en las grandes ciudades alcanzan los 90db.
La OMS recomienda como tolerable 70db durante el día y 55db por la noche. Sin embargo, en las ciudades nos vemos expuestos a niveles muy superiores, y existe una la relación directa entre el exceso de ruido y aumento de enfermedades.
El silencio y medio ambiente acústicamente agradable mejora y reduce la presión sanguínea, permitirá afrontar las dificultades del día de una mejor forma, mejora los problemas cardiológicos, mejora nuestro sistema inmune, y podemos usar más eficazmente nuestras herramientas cognitivas.
Apostemos a la salud física y mental cuidando nuestros oídos y nuestro bienestar.